Seguramente, si has oído hablar de SEO (Search Engine Optimization), también has escuchado el término SEM (Search Engine Marketing). Aquí te explicamos la diferencia:
SEO son las técnicas que se centran en mejorar el posicionamiento natural de tu página web. Haciendo un paralelismo con la naturaleza, el SEO se centraría en asegurarnos de que la tierra en la que plantamos la semilla tiene las condiciones óptimas, que la semilla es de calidad y se planta en la época del año correcta, con las mejores técnicas de plantación. Si empezamos así, con el tiempo, tendremos un árbol robusto, que dará buenos frutos.
SEM hace referencia a las campañas de publicidad que ayudan a captar clientes de forma rápida pero puntual. En cuanto para la campaña, dejas de tener ese aumento de visitas en tu web. Es decir, aunque puede ser útil en momentos determinados, no es estable a largo plazo, y por lo tanto, con el tiempo, no es tan rentable como el SEO. Si seguimos con el paralelismo anterior, SEM sería la aplicación de fertilizantes artificiales a nuestro árbol. Si bien puede ser muy útil en ciertos momentos, no es algo que deba suponer la base del crecimiento de nuestro árbol, ya que con el tiempo, cuando dejemos de aplicar fertilizantes, si no tenemos una buena tierra de base, nuestro árbol dejará de crecer y se debilitará.
Como ves, el SEO es una estrategia en la que, aunque los resultados tardan más en llevar, es estable a largo plazo, y su aplicación conlleva una inversión de capital mucho más baja. Por lo tanto, el ROI (o retorno de la inversión) es muy rentable con el tiempo. Sin embargo, SEM supone una inversión mucho mayor con resultados inmediatos, pero que deja de dar beneficios en cuanto dejas de invertir.